Durante muchos años, gracias a la literatura y al cine, tenemos la idea de que los murciélagos son seres viles y crueles, malévolos animales chupasangre que nos hacen pensar en noches tenebrosas y en feas pesadillas. Pero nada más lejos de la realidad, los murciélagos son animales sumamente curiosos e interesantes. Se trata, por ejemplo, de los únicos mamíferos voladores del reino animal, además de ser los únicos vertebrados con la capacidad de surcar los cielos. Pero, además, ¡Vuelan sin alas! ¡Así es! Lo que parece ser el ala en un murciélago se trata en realidad de una membrana delgada y flexible, llamada patagio, que se extiende entre... ¡Sus cinco dedos!

Otra de sus curiosidades es que casi ningún murciélago se alimenta de sangre ¡Serían un pésimo Drácula! La mayor parte de las especies de chiroptera, nombre científico de los murciélagos, se alimentan de insectos y de frutas; sólo un pequeño porcentaje de ellos se alimenta de sangre de animales más grandes, como cerdos o incluso focas.

¡Los murciélagos vienen en todos los tamaños y colores! El de menor tamaño, el murciélago moscardón, es el mamífero más pequeño del mundo con apenas el tamaño de un frijol. Por otro lado, tenemos al zorro volador filipino, de casi 1.5 kg de peso y ¡Casi dos metros de longitud con las alas extendidas!

Además, son grandes amigos de las plantas. Gracias a su dieta de polen, néctar y frutos, ayudan a más de 700 especies de plantas a reproducirse por el mundo. ¡Un murciélago puede visitar hasta 1000 flores en una sola noche!

Pero ¿Cómo vuelan tan bien si son ciegos? En realidad, los murciélagos cuentan con el sentido de la vista, pero ven poco y mal, sin embargo, no se consideran animales completamente ciegos. Por esto último es que su orientación depende casi por completo de la ecolocalización, los murciélagos producen un agudo chirrido e interpretan el “rebote” que este genera en otros objetos para saber la distancia a la que están de ellos ¡Como el sonar de un submarino!